Centrémonos
Hablemos de la atención. De lo difícil que es actualmente trabajar en una sola cosa sin ningún tipo de interrupciones. Si nos costaba a los de mi generación (soy nacido en el 94) mantener la concentración en clase, no quiero ni imaginarme a los chicos de 14 o 15 años de ahora cómo son capaces de hacerlo con el móvil vibrándoles constantemente con las notificaciones de X (Twitter, aunque diga lo contrario el Musk), Instagram, TikTok, entre otros.
No quiero convertir este correo de hoy en uno en contra de las redes sociales (ese me lo estoy guardando), sino en uno para hablar de la falta de atención pandémica que estamos sufriendo. Hasta el punto de que mucha gente se autodiagnostica “déficit de atención”.
Según este artículo de Newtral, la atención media de una persona que veía algo en una pantalla era de 47 segundos (en septiembre de 2023, fecha del artículo). Ya no llega ni al minuto. En el 2014 era de dos minutos y medio. Al ritmo que vamos, los vídeos de TikTok durarán tres segundos para que no nos aburramos. Es hora de resucitar Vine, que duraban seis.
Y el problema no son solo las redes sociales. Trabajar con el Slack abierto y las notificaciones activadas tampoco ayuda. Esa mentalidad de que los correos electrónicos y los mensajes hay que responderlos lo antes posible no nos está llevando a nada bueno. Conozco a un jefe que una vez le dijo a un empleado: “todos mis correos son importantes”, como respuesta al empleado que le decía que estaba trabajando, y que revisaba los correos después cuando en el asunto no veía nada importante.
¿Qué pretende esta persona? Que aunque su empleado esté realizando una tarea de alta demanda cognitiva, ¿tenga que estar interrumpiéndola constantemente con cada notificación de un correo nuevo?
Yo tengo la suerte de estar en una posición donde la comunicación asíncrona es respetada. Nadie espera una respuesta inmediata a los mensajes de Slack. Sin embargo, eso no quita que a veces sé que alguien me escribió pidiendo ayuda y me genera cierta ansiedad no responderle inmediatamente (aunque esa persona probablemente ya ha decidido pasar a otra tarea mientras espera la respuesta).
Pero esto es una newsletter de productividad, ¿no? Debería dar algún consejo sobre cómo luchar contra esto. Ya que este problema es algo que aún me cuesta mucho solucionar, dejaré a los expertos hacerlo y pondré algunos enlaces más abajo. Pero os cuento algunas decisiones que he tomado yo:
Salirme de todas las redes sociales (solo mantengo Facebook, pero ni lo uso). Hablar de esta decisión probablemente merece otro artículo.
Cuando trabajo en algo que requiere mi atención al 100%, pongo el móvil en modo “no molestar”.
Tengo distintos perfiles de notificaciones dependiendo del momento del día en el que esté para evitar interrupciones indeseadas.
A veces me voy a trabajar a un sitio distinto del que estoy habituado. Una cafetería, por ejemplo.
Para saber más de este tema, os dejo con unas cuentas de TikTok muy buenas:
Es broma. Aquí una lista de libros que tratan de este tema:
Céntrate, de Cal Newport
Un mundo sin email, de Cal Newport
The Anxious Generation, de Jonathan Haidt
Attention Span, de Gloria Mark
Nos vemos el lunes que viene.