La piel que hábito
Estoy escribiendo este post de hoy en mi nuevo teclado mecánico gracias a vuestras contribuciones (qué va… si no me habéis dado ni un euro). ¡Buah! Esto es una maravilla.
Bien, empecemos. Creo que este será el correo que más rápido escribiré. Tuve que aguantar hasta el 2024 para descubrir esta maravilla.
Ahora sí. Empecemos. ¡Uy, pero si tiene lucecitas!
Venga va. Hablemos de hábitos.
En uno de mis primeros correos os conté que no soy muy fan de las resoluciones de Año Nuevo. Sobre todo porque las pedimos como si fueran un deseo mientras nos comemos las uvas.
Soy más de apoyar la creación de hábitos. Y, ¿cómo se crea un hábito? Olvidaros de lo de que hacen falta 21 o 100 días sin fallar o entonces no habéis creado el hábito. Como escuché de Lucas Miller: Lo normal es fallar de vez en cuando. Si lo cumples al 100%, es que puedes apuntar un poco más alto.
No os daré la respuesta hoy, voy a lanzaros una reflexión. Pensad en los hábitos que tengáis actualmente y haceros las siguientes preguntas: ¿cómo empezaron?, ¿en qué momento los hacéis?, ¿existe algo o alguien que activa el hábito?
Hay muchas recomendaciones para crear hábitos en internet. Pero la mejor forma de hacerlo es la que ya sin querer conocemos. La que ha creado todos los hábitos que ya tenemos actualmente. Mañana os contaré.
PD: ¿os dije que tengo un teclado nuevo? ¡Mola mucho!
PD2: perdón por el mal chiste en el título, pero es que no se me ocurría nada mejor.