Nuevo formato
El correo de hoy será un poco distinto. He estado reflexionando sobre la newsletter, el motivo por el que empecé a escribirla, y cómo ha evolucionado a lo largo de estos setenta artículos.
Por un lado, estoy muy contento de haberme mantenido escribiendo consejos de productividad de lunes a viernes sin casi interrupciones (aproximadamente dos semanas y media en las que no escribí).
Por otro lado, siento que muchos de esos artículos han sido tan solo preámbulos de algún tema que profundizaría en un artículo posterior, o que incluso dividiría en varios. Esto, sinceramente, no me parece mal, pero he caído mucho en enviar correos que se leen rápidamente, pero que carecen de contenido valioso.
Y tampoco lo veo mal, al final sí que planteaba un problema al que luego iba a ofrecer alternativas de solución. Siendo cualquier otra newsletter, sería perfecto. Pero, siendo una newsletter de productividad, hacer que mis lectores abran un correo que no les aporta nada es una pérdida de tiempo.
También he empezado a leer el libro “Slow Productivity” de Cal Newport (no sé si lo he mencionado alguna vez 😉), y en él habla, entre otros aspectos, de: hacer menos cosas (tema del cual ya he hablado aquí) y de obsesionarse con la calidad.
La primera la he ido aplicando poco a poco estas últimas semanas, manteniendo solo tres proyectos personales y de trabajo activos a la vez. La segunda me ha costado un poco más, sobre todo con esta newsletter.
Hay días en los que tengo que escribir algo para el día siguiente, son las 9 de la noche y estoy cansado. Claramente, la calidad se verá afectada. Esto me lleva a escribir un artículo bastante corto y superficial, o a enunciar algún problema que extenderé en tres o más artículos para posponer esa situación de tener que escribir algo apresuradamente la noche anterior.
Así que, con la ayuda de más personas que también me han dado su feedback, me he dado cuenta de que la mejor opción es reducir la frecuencia de los artículos, pero mejorar su calidad.
Esto garantizará que no les haga perder el tiempo al abrir el correo, que haga menos cosas y que me obsesione con la calidad.
Por lo tanto, a partir de ahora enviaré los correos todos los lunes a las ocho de la mañana. Empezaré a gestionar la idea y escribir los jueves, terminaré los viernes, y tendré los fines de semana para retocar o como margen por si el jueves o viernes se me complican por: la vida.
Espero que tengáis una semana muy productiva y nos vemos el lunes que viene.