Rituales
Hablemos hoy de cómo ser más productivos usando rituales. Y no, no hablo de supersticiones, como mover la cucharita del café tres veces en el sentido de las agujas del reloj para tener un día más productivo.
Hablo de cosas reales, que probablemente ya hacemos sin darnos cuenta, pero que nos pueden venir bien para realizar otras tareas que quizás nos cuestan más.
Antes de ir de lleno a los rituales y cómo nos pueden ayudar, quiero hablar de las rutinas y por qué no son lo mismo. Esta es mi opinión personal y me baso un poco en lo que comenta Cal Newport. Ir al trabajo desde casa es una rutina (para los que aún tienen que ir), pero si en el camino te pones un podcast o una lista de reproducción particular, eso es un ritual. Para mí, las rutinas son cosas que tenemos que hacer en el día a día, y los rituales son aquellas que decidimos hacer también de forma regular, muchas veces sin ponerle ese nombre.
¿Y de qué me sirve esto? Crear nuevos rituales te puede ayudar a realizar nuevas tareas. Ser consciente de los actuales también te puede ayudar a entender qué cosas pueden estar saliendo mal. A mí, por ejemplo, me cuesta mucho concentrarme cuando voy a hacer una tarea importante si no tengo una bebida caliente conmigo en el escritorio. Así que antes de hacer tareas de alta carga cognitiva, voy a la cocina y me preparo algo caliente (si es una tarde de verano, me preparo algo frío, tampoco soy masoquista).
Otro ejemplo práctico para mí: me di cuenta de que no encontraba el momento adecuado de la semana para escribir Productibits, así que lo estaba escribiendo por las noches, con la disminución de la calidad que eso conlleva. Por lo tanto, decidí crear un ritual alrededor de ello. Ahora escribo cada miércoles y viernes desde una cafetería antes de empezar a trabajar. Si durante la semana no puedo, siempre están el sábado y domingo para recuperar, pero igualmente intento ir a una cafetería.
Así que si hay alguna tarea que te está costando mucho llevar a cabo, planteáte seriamente crear un ritual alrededor de ella. Al inicio cuesta y parece no tener sentido, pero tu cerebro se va adaptando a que ese ritual se corresponde con esa actividad y luego las cosas fluyen bastante mejor.
Por otro lado, empieza a ser más consciente de los rituales que tienes actualmente y úsalos a tu favor. Intenta no confundirlos con las rutinas.
Cuéntame, ¿tienes algún ritual que quisieras compartir?
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