Ayer hablamos de la forma que recomienda Cal Newport de usar el calendario si estás empezando a organizarte. Que en resumen es: dejar las tareas y listas para tu trabajo, y tus responsabilidades personales, meterlas en el calendario.
¿Por qué me gusta esto a pesar de que va “en contra” de GTD?
Porque por defecto le daremos mucha importancia en las listas a las cosas que más urgencia tienen (cosas del trabajo, por ejemplo) e iremos postergando las que no. Pondremos en la lista “recados” que hay que “lavar el coche”, pero no miramos esa lista constantemente y la tarea puede quedarse allí meses (es posible que esto esté basado en una historia real).
Por lo que la lista “recados”, que es una de las básicas de GTD, yo la quitaría si estás empezando (y de hecho estoy planteándome quitarla yo también). Si surge algo que tengas que hacer, ponle fecha en el calendario.
Un consejo: no pasa nada si al final ocurren cosas y tenéis que modificar esa fecha. Sin embargo, sí que recomiendo encarecidamente que la mayoría de las veces cumpláis con las tareas en el calendario. Porque si no, no confiaréis en él, y no os servirá de nada. Pero claro, eso tampoco significa que hay que mover cielo y tierra para hacer una tarea que os vendría mejor otro día.
Simplemente, sed sinceros. Poned la tarea donde penséis que podréis hacerla con la mayor seguridad posible. Y si creéis que en una hora lo tenéis hecho, reservad dos horas. Multiplicad por dos el tiempo al inicio. Que somos muy malos con eso de precedecir los tiempos que tardamos haciendo cosas.
Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Le daréis una oportunidad a esta forma de usar el calendario para tareas personales?
Hasta mañana.