Tareas recurrentes
Hablemos hoy de las tareas recurrentes. Son esos compromisos que tienes que realizar de forma habitual, pero que no entran en la categoría de hábitos, aunque pueden convertirse en uno.
Es un poco lioso, ¿verdad? Hoy explicaré cómo los diferencio. Quizás James Clear no esté del todo de acuerdo, pero él solo es el autor de un libro que ha vendido millones de copias sobre hábitos. Yo escribo Productibits.
Utilizo Todoist para gestionar mis tareas y Streaks para los hábitos. Los segundos son comportamientos que deseo adoptar (o eliminar) y de los cuales quiero llevar un seguimiento. Por eso, los añado en Streaks. Si un día fallo, pues he fallado. Sin embargo, aplico la regla de James Clear que dice que se puede errar una vez, pero no dos seguidas. Así que, si solo fallo una vez, no afecta a la racha, pero tampoco suma.
Por ejemplo, si tienes un hábito que es “practicar un rato con el piano cada día”, y llevas una racha de 15 días, si en el día 16 fallas, pero en el 17 vuelves a practicar, entonces tu racha pasa a ser de 16 días, no de 17, pero tampoco empiezas de cero. Ahora bien, si el día 17 tampoco practicas, entonces sí se pierde la racha.
Algunos dirán que es trampa, pero para mí es más motivante saber que puedes recuperar la racha al día siguiente que perderla por completo, porque eso puede desmotivarte hasta el punto de querer vender el piano.
Ahora, pasemos a mi definición de tareas recurrentes: son aquellos compromisos que tengo que hacer de forma habitual, pero me da igual no llevar la cuenta y que puedo también reagendar si es necesario. Por ejemplo: tirar la basura. Normalmente hay que hacerlo cada uno o dos días, pero hay días que simplemente no se genera suficiente basura, así que se puede mover un día más.
Escribir Productibits también lo trato como una tarea recurrente. Normalmente intento escribir los miércoles y viernes antes de empezar a trabajar, pero si algún día no puedo, entonces toca hacerlo el sábado o el domingo para tenerlo listo el lunes.
¿Qué hacer con las tareas recurrentes? Hay varias opciones:
Ponerlas en el calendario como una reunión. Esto es útil para aquellas tareas que quieras hacer sí o sí a una hora determinada. Lo recomiendo para aquellas tareas que necesitas hacer y que no te agradan demasiado, y además queda bien en tu calendario que se vea que estás avanzando en ellas. Ejemplos: ponerte al día con tu correo electrónico, avanzar en un proyecto largo de forma continuada.
Añadirlas a tu aplicación de gestión de tareas. Si no necesitas una hora específica, este es un buen lugar. También puedes anotarlas en el calendario o en tu agenda si prefieres lo analógico.
Crear un ritual en torno a la tarea. Esto también funciona con los hábitos. Por ejemplo, cuando escribo Productibits, lo hago desde una cafetería. Me ayuda a concentrarme mejor y evitar abrir Slack para temas de trabajo. Incluso para el ocio, como jugar más videojuegos, podrías crear un ritual alrededor de ello. De hecho, estoy planeando hacerlo, porque hace tiempo que no juego mucho.
En resumen, los hábitos son comportamientos que queremos adoptar o eliminar y que nos beneficia hacer un seguimiento, mientras que las tareas recurrentes son compromisos que tenemos que cumplir, pero que no necesitan seguimiento y en algunos casos, pueden reprogramarse (algo que a David Allen no le agrada).
Todo lo que he escrito hoy es opinión personal, sin embargo, muchas de estas recomendaciones se basan en el contenido de James Clear, autor de Hábitos Atómicos; David Allen, creador de GTD; y Cal Newport, autor de Slow Productivity, entre otros.
PD: recuerda compartir Productibits con familiares, amigos, compañeros de trabajo, que sientas que pueden aprovechar mis consejos.