¿Y si vamos más lento?
Es un poco irónico, ¿no? La semana pasada me jactaba de escuchar los podcasts a 1,75x y esta semana el post de hoy se titula “¿Y si vamos más lento?”.
Te encantará saber que no hablaré de podcasts esta vez. Esos sigo oyéndolos rápido. Que sea sano o no, es discusión para otro día. Pero es verdad que mi cerebro está empezando a acostumbrarse y cuando veo un vídeo a la velocidad por defecto, siento que está en cámara lenta.
En fin, que me distraigo.
Ir más lento. Y no, no me refiero a que si caminas a menor velocidad (o rapidez, para los físicos) por la calle, tendrás más tiempo para pensar cosas y serás súper productivo. Hablo del término “Slow Productivity”, que ideó Cal Newport y que, además, es el título de su último libro.
Cal se basó en el movimiento del “Slow Food”, que nació hace unos años en Italia para contrarrestar las cadenas de “Fast Food” y que se basaba en el uso de ingredientes naturales, regionales y con métodos de cocina tradicionales.
¿Y cómo aplicó esto a la productividad? Te estarás preguntando.
Usó los ejemplos de trabajadores del conocimiento tradicionales: poetas, científicos, escritores. Personas ilustres que han pasado a la historia como altamente productivos y de los cuales podemos aprender mucho en la actualidad.
No te quiero contar el libro, que prefiero que te lo leas, pero sí voy a hablar de los tres principios de la “Productividad Lenta”:
Haz menos cosas
Trabaja a un ritmo natural
Obsesiónate con la calidad
Haz menos cosas
Vivimos en una realidad laboral en el que es muy fácil poner muchas tareas sobre tu plato. A tus superiores o compañeros de trabajo solo les basta con escribirte un mensaje que empieza por “¿podrías hacer esto?” y ya tienes otra tarea en tu lista.
El problema con esta forma de trabajar es que cada tarea trae consigo lo que Cal Newport llama “Overhead Tax”, que a falta de término en español, ya estoy yo para crearlo: “Impuesto de Compromiso”. Así lo llamaremos al menos hasta que la persona que le toque localizar el libro consiga un término mejor.
Este impuesto que nos toca pagar por cada tarea que aceptemos incluye: correos electrónicos, reuniones recurrentes para saber el estado, personas preguntándote directamente, además de la carga cognitiva que ya de por sí trae el compromiso.
Con lo cual, cada vez que aceptas algo nuevo, no solo estás aceptando eso, sino todo ese Impuesto de Compromiso adicional (si lo repito mucho, quizás hasta al que le toque localizarlo no le quede otra que usarlo).
La recomendación de Cal Newport para este problema no es empezar a decir que no a todo. Pero sí hacer menos cosas “a la vez”. Crear dos listas públicas: “En Progreso”, y “En Espera”. Pedirle a la gente que te añada lo que necesite a la lista “En Espera” junto con la información necesaria para empezar esa tarea cuando decidas pasarla a “En Progreso”.
Con esto, la gente sabrá que efectivamente estás ocupado. Y pueden pasar varias cosas:
Que te diga: “estás muy ocupado, mejor se lo dejo a otra persona”.
Que lo añada a tu lista “En Espera” y sea consciente que tardarás lo que tengas que tardar.
Que te pida que priorices esa tarea sobre otras. Y eso no está mal tampoco, porque obligas a que la discusión de “esto es más prioritario que esto, pero no que esto otro” suceda.
Me parece que hablaré de los otros dos principios la semana que viene, porque tampoco quiero que el artículo se haga mucho más largo.
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Y tengo el enlace privado a un vídeo de Cal Newport de una media hora donde da los puntos claves de su filosofía. Pero no te lo daré gratis. Si refieres a una persona, te paso el vídeo junto con un PDF con enlaces a sus mejores artículos sobre Slow Productivity.
Estoy probando el sistema de referencias de Productibits, si has referido a alguien después de leer este artículo y no te llega nada, házmelo saber.
A ver si con estos incentivos consigo que crezca un poco más Productibits sin tener que tirar de redes sociales. “Slow Networking” lo voy a llamar.
PD: Cal Newport habló la semana pasada también sobre pasar tiempo solo con los pensamientos en su podcast. Lo hizo después de mi artículo (que lleva escrito un tiempo). Con lo cual se confirma que Cal Newport lee mi newsletter para inspirarse para su podcast.