Barreras
Hablemos de barreras, y no, no me refiero a la que quiere construir Donald Trump. Hablemos de un aspecto que no abordamos la semana pasada cuando discutíamos la creación de nuevos hábitos.
Las barreras. O, profundizando un poco más: nuestro entorno. Es uno de los elementos más cruciales al momento de crear o eliminar hábitos. Si tenemos la costumbre de comer un chocolate cada vez que lo vemos en ese lugar tan visible de nuestra despensa, y queremos reducir el consumo de azúcar, quizás deberíamos cambiar el lugar donde guardamos ese chocolate.
El ejemplo del párrafo anterior es bastante sencillo y parece más un ataque a la señal, como vimos el lunes, que una creación de barreras. Pero, en esencia, lo que estamos haciendo es modificar nuestro entorno para facilitar el mantenimiento o la reducción de estos hábitos.
Otro ejemplo sería, si deseas comenzar a meditar, encontrar un lugar tranquilo en casa donde puedas colocar un cojín de meditación y unas velas para encender antes de empezar. O dejar el móvil en otra habitación cuando estés trabajando, cenando en familia, o incluso dejarlo en la entrada de la casa a la que te invitaron, para no mirarlo mientras conversas con ellos.
De eso tratan las barreras. Recordemos que no todo se reduce a la fuerza de voluntad. No intentemos ser inquebrantables y depender únicamente de ella. La vida ya se encargará de complicarte las cosas por sí misma. Cuando sea tu decisión, aplica la navaja de Ockham. No seas tan duro contigo mismo.
Nos leeremos mañana.